Por la senda del Haiku

viernes, 12 de septiembre de 2014

VII

no lloro nunca
dice, mientras las lagrimas
ruedan por su cara

VI

inesperadamente
la muerte se adueñó
de nuestra casa

V

tras el cristal
el cuerpo de mi hermano
envuelto en flores

IV

noche de invierno
se acerca la mañana
y él ya no está

III

está dormido
sus mejillas conservan
el color del sol

II

separados
cada uno en su mundo
por un cristal

I

sobre su pecho
el piolín de geólogo
tan desgastado