Uf, qué nostalgia. Tiene una pátina de tristeza simple y casi casi natural. Como la propia casa de la foto que deshaciéndose parece retornar poco a poco a la naturaleza.
Siempre que vuelvo al lugar donde nací recuerdo mi niñez. Los árboles que vi plantar son más grandes, pero ahí están y seguirán estando, viendo pasar a distintas generaciones. Las casas igual, somos tan efímeros como las flores de temporada. Un abrazo, Félix. Gracias, tus comentarios son siempre tan acertados...
Todo el nostalgia. Me transmite esa sensación de bienestar que produce el recuerdo de los momentos felices del pasado y al mismo tiempo un cierto pesar por la constatación de lo efímero de nuestra obra.
me encanta este haiku, María.
ResponderEliminarun viaje al pasado?
Si, Karin. Así es. Gracias por tus palabras.
EliminarUn abrazo
Uf, qué nostalgia. Tiene una pátina de tristeza simple y casi casi natural. Como la propia casa de la foto que deshaciéndose parece retornar poco a poco a la naturaleza.
ResponderEliminarUn abrazo
Siempre que vuelvo al lugar donde nací recuerdo mi niñez. Los árboles que vi plantar son más grandes, pero ahí están y seguirán estando, viendo pasar a distintas generaciones. Las casas igual, somos tan efímeros como las flores de temporada.
EliminarUn abrazo, Félix. Gracias, tus comentarios son siempre tan acertados...
Todo el nostalgia. Me transmite esa sensación de bienestar que produce el recuerdo de los momentos felices del pasado y al mismo tiempo un cierto pesar por la constatación de lo efímero de nuestra obra.
ResponderEliminarUn abrazo Maria
Acertado el comentario Joan. Gracias por tus palabras.
ResponderEliminarUn abrazo!